miércoles, 4 de noviembre de 2009

Tonto Retonto

J amás me costó tanto escribir algo, pero
U na vez tendría que ser y
N o puedo creer que me costara
T anto algo tan fácil como “Tonto Retonto” y
O tra vez empiezan mis dudas, quizá
S implemente me hubiese convenido no

S aber tanto sobre amistad
O sobre viejos recuerdos, que ya son historia y que
N unca debemos olvidar y atesorar porque

U n día cualquiera, que puede ser hoy o mañana,
N uestros hijos nos preguntarán quiénes fueron los
A migos que más quisimos y

M ás recordamos, quienes fueron los
A migos de verdad y
Q uienes no lo fueron y
U no no puede vivir escapando de la realidad porque es
I mposible soñar eternamente que tenemos 25, pero me pregunto yo
¿N o tenemos los viejos derecho a soñar? Y espero que
A lguien diga sí, sí, los viejos tienen derecho a soñar.

Este es mi homenaje humilde para dos amigos grandes que tienen algo en común, su afición por la música, su afición por los amigos y su afición por los asados y yo creo que “Tonto Retonto” no habría que invitarlo más porque siempre llega y come de jeta y chupa de igual manera; a Roberto, que ligó lo que conté de arriba lo seguiremos invitando, y capaz que a Charles también porque me dijeron que ahora ya toma menos...... agua y come menos...... que el gordo cuchillero.
A Charles me despido con un abrazo y marcho al desierto al son de una canción diciendo algo alegre: No, mo, semo, obrero, somos petiteros de la Caá Guazú Turuurú, Tururú Rurú. Y a Roberto le canto “Bonnassera, signorina, bonnassera, soy dichoso desde el día que la vi, y si usted me permitiera que la quiera, yo le digo bonnassera, signorina bonnassera...... bonnassera de corazón”. Y ya me despido y le recuerdo a Charles que mi hermano cantó todas esas canciones que nombré y algunas más.

Nota del autor I:
Sé que nadie pudo entender el enigma de este cuento, después se los enseñaré, y como Ciro siempre me dice “mojón de cine” yo le digo a Charles también “mojón de cine” y le cambio algo porque este “mojón de cine” es del “peludo a la izquierda o del peludo a la derecha”.

Nota del autor II:
Este escrito se lo dedico a todos mis amigos presentes y futuros y muy especialmente a mi hermano Dito que a pesar de ser casi escéptico peleó por vivir y ser feliz hasta el último suspiro y me dejó este pesado legado que es seguir siendo un coleccionista de amigos y por todo ello nombro a Charles Brown y a Roberto Romero “Caballeros de la orden de Amigos para siempre” y “Doctores Honoris Causa en cuestiones de amistad”.

Nos vemos.

Alberto Raso.

P.D.: Váyanse preparando porque se viene el “Tutta Tuta, Tuta Tuta”, el día 17 de agosto cumple años Ciro el alma del cuadro.

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