martes, 17 de noviembre de 2009

Esto no es anécdota - Esto es mala memoria

Todos se acuerdan de las cosas “malas” que yo hice en los años de la secundaria, todos se acuerdan de “bete noire” de la class, incluso alguno me acusó de ser “degenerado” y otras cosas peores y también un conocido periodista muy de moda ahora comentó en círculos privados que estaba sorprendido porque yo apuntaba a ser un “Robledo Puch” o algo así. Claro, es fácil acordarse de esas cosas y sobre todo cuando se trataba de alguien que era distinto políticamente a la mayoría de mis compañeros y quizá era un admirador del “tirano prófugo” o de tendencia izquierdista. Todo ello es muy fácil pero hay cosas de las que muchos son testigos y nunca las comentaron y el único que hizo un comentario al respecto fue Carlitos Jacobo, no se acuerdan cuando una noche llegué tarde a la pileta y me encontré con que estaban violando a una chica de 13 o 14 años entre algunos que no eran de mi promoción y yo me jugué la vida peleando contra 3 y tuve que sacar a la chica en brazos pasando por la parte de atrás del Club Curuzú y caminado 30 metros por una cornisa de 20 cm de espesor, tampoco se acuerdan de otra violación con los mismos personajes que ocurrió algo parecido enfrente a la terminal vieja de colectivos y que tuve que pelear contra los mismos, tampoco se acuerdan cuando en un baile del Club Belgrano le dio a una chica un shock producto de un lanzaperfumes y la llevé en brazos hasta lo de Lola Etulain y gracias a eso la niña se salvó, tampoco se acuerdan que fui un gran nadador y salvé más de diez niños en la pileta del Club Curuzú. Claro, acordarse de todo eso es difícil para muchos pero no lo es para mí. Tampoco se acuerda un compañero de cuando lo salvé de una segura pateadura contra la banda de “Hormiga negra”, ni cuantas veces salvé al “Flaco” Cravero, ni de la vez que salvé a un profesor de gimnasia mientras peleaba contra el “tano” Floriani. No, de esas cosas nadie se acuerda, pero de las otras sí se acuerdan, porque siempre es más fácil acordarse de las malas que no dan risa y si de las buenas porque estas sí producen risa, y aunque muchos piensen lo contrario siempre fui un caballero y aún hoy lo soy y todavía me juego contra la injusticia y por eso siempre digo que no estoy arrepentido de nada de lo que hice en mi vida y si tuviera que hacer lo que hice entonces, lo haría mil veces con sumo placer, aunque me cueste la vida.

El violador, gracias a Dios está muerto y solamente por eso no voy a dar el nombre, los otros violadores tuvieron el mismo destino y yo agradezco a Dios que todos los de mi promoción y todos mis amigos reales, nunca jamás participaron en hechos tan aberrantes.


Alberto Raso, yo sí tengo memoria.-

0 comentarios:

Publicar un comentario

Haz tu comentario