jueves, 19 de noviembre de 2009

Carta especial a un amigo

29 de agosto de 2008

Como siempre pongo nombres de película o de novelas a los personajes de mi libro (que espero se publique pronto) a este buen hombre lo trataré como a todos mis amigos y le iré cambiando el nombre cuando la necesidad así me lo imponga.Quiero aclarar antes de comenzar a relatar mi historia junto a él, que escribo en nombre de toda mi familia, porque tenemos una deuda de gratitud y como toda deuda, tarde o temprano hay que pagarla.

Capítulo I: El hombre bipolar
Dicen los psiquiatras y psicólogos que la “bipolaridad” es la más benigna de las psicosis, yo pienso que es así porque cuando volví a la vida, comprendí a varios “bipolares”. El Dr. XX tiene una personalidad netamente “bipolar”, cuando atiende en su consultorio es una persona y cuando va a su lejana casa, a orillas de un río turbulento y de aguas marrones tiene otra completamente distinta, es jocoso, toma vino y se ríe todo lo que puede. Cuando vuelve a su consultorio, es serio circunspecto y atildado (en mi tercera o cuarta vida, yo lo conocí así)
Capítulo II: El capitán Nemo
El capitán Nemo es un personaje de Julio Verne que aparece por primera vez en la novela “Veinte mil leguas de viaje submarino”. Este Dr. XX, al igual que Nemo, le gusta realizar las más raras invenciones en todos los campos, y lo extraordinario del caso, es que todo lo hace bien y de tal forma que es actualmente reconocido a nivel mundial. Nemo viaja a todas partes del mundo hablando y explicando cada uno de sus inventos, algunos los comprenden y otros no, pero todos lo respetan.Todos sabemos que Julio Verne era un gran visionario y que todo lo que escribió se cumplió más de cien años después. Sólo para recordar a los amigos lectores les quiero contar una serie de libros en las cuales Julio Verne se adelanta al tiempo y a los hechos de una manera asombrosa: 1) En “La odisea del Titán” se adelanta 30 o 40 años al desastre y catástrofe que ocurrió en la madrugada del 10 de diciembre de 1912, y detalla claramente cómo se partió en dos “el Titanic” en su viaje inaugural. En el mismo caso la cantidad de muertos es similar, el número de botes idem, y el iceberg idem, etc, etc; ¿presagio, casualidad, poderes sensoriales? El punto es claro, el Dr. XX tiene todas esas cualidades.
Capítulo III: Cómo conocí al Dr. XX
No sé dónde conocí al Dr. XX, pero fue hace muchos o pocos años, sólo sé que yo estaba empezando a estudiar y él también y teníamos algunas cosas en común: lugares, circunstancias, ventanas, bancos de plaza y algunas otras cosas, quizá algún romance, quizá algún amorío de juventud, lo cierto es que era la época en que se podía andar de la mano por las calles sin temor a ser asaltado, era la época en que no habían celulares, no había maldad y los pocos delitos no eran violentos como hoy.
Capítulo IV: La desaparición del Dr. XX
Hubo un tiempo que el Dr. XX desapareció de la vista de mi Sra. y de la mía. Quizá su espíritu aventurero lo llevó a lejanas tierras o quizá adoptó nuevamente la identidad del capitán Nemo, y empezó nuevamente con sus eternos experimentos en busca de su piedra filosofal (que para él consistía en dar felicidad a la gente que lo visitaba) que creo la encontró al lado de una mujer, quizá sea su destino final.
Capítulo V: El infierno del Dante
Llega mi historia a un punto crítico, en que por alguna causa debo retrotraerme al infierno tan temido, al infierno que sólo él y yo conocemos y que yo tuve que compartir con mi familia y unos pocos amigos. ¿Pero y él a quién puede recurrir? Quizá a “Garrid” el gran actor inglés al que se le recomiendan distintas curas pero ninguna compatible con su pensamiento agnóstico y frío de Dr. XX. Yo por mi parte recurrí a todas las recetas que propuso “Garrid”, fui a los cementerios, a los mejores médicos y finalmente como no obtuve el resultado esperado visité a un discípulo del Dr. XX y luego de varias sesiones y de hacer distintas pruebas (que nunca entendí) me derivó a otro gran médico que con sus máquinas mágicas, me recomendó ver al Dr. XX.Luego de varios estudios y de idas y venidas, el Dr. XX encontró su fórmula mágica y lentamente me fue sacando de mi propio infierno, primero me dio cien cosas y luego me las sacaba y probaba con otra y así sucesivamente hasta que después de años comunes para él y eternos para mí y mi familia y amigos (pocos) salí de ese círculo concéntrico y volví a ser el de antes, pero mejor, y hoy gracias al Dr. XX estoy escribiendo mi propia historia, la de él y varias más; hoy, 12 de marzo del año del Señor de 2009, yo soy Alberto Raso y él es el gran Dr. Gordo Semper.
Capítulo final y a modo de prólogo
Querido Gordo, perdonáme que haya escrito nuestra historia de la manera en que la escribí, espero la entiendas, es más, sé que la entenderás. Quiero que comprendas que yo sólo soy un pequeño escritor que tiene que recurrir a trucos de la imaginación para hacerlo y que hoy gracias a vos y a toda tu familia, afloran sin ninguna dificultad de mi cerebro (y de los lugares más ocultos del mismo)Vos sos para mí “el gran amigo” Gordo y el vino que tomaríamos juntos cuando yo me curara, podés tomarlo tranquilo en tu solar de “Paso de la Patria” junto con cualquier amigo y no conmigo, porque ya no lo necesito y porque además creo que ya nunca más tomaré vino.Un abrazo para vos y toda tu familia, de la familia Raso Montes en Pleno.
Nos vemos: Tatín
Nota del autor:
Este escrito saldrá publicado en mi próximo libro entre las biografías de mis mejores amigos con tu debida autorización, porque ella servirá para hacer reflexionar a esta convulsionada sociedad de niños que por culpa nuestra (quizá) están pasando por un momento de confusión y desengaños que los van llevando a un futuro incierto en el cual los máximos valores, son el dinero, el facilismo y la drogadicción.

Nota del autor II: El autor está inspirado en las siguientes fuentes: Julio Verne, “Narraciones extraordinarias”, Jules Vernes, “Viaje al centro de la Tierra”, Jules Vernes, “La odisea del Titán”, Jules Vernes, “Veinte mil leguas de viaje submarino”, Jules Vernes, “El capitán Nemo” (versión de 1878), Jules Vernes: “El capitán Nemo y la isla misteriosa (versión nueva); Dante Alighieri, “La Divina Comedia”; Dante Aliguieri, capítulo inconcluso del “séptimo infierno”; “Viendo a Garrid” poesía inglesa del siglo XVIII; “El mercado de la vida” poesía turca de autor anónimo.
Nota del autor III: El autor de este relato no necesitó leer ninguna de las fuentes mencionadas, gracias a la habilidad y calidez del Dr. Semper, maestro de maestros y profesor de profesores. De todos los títulos que posee el que más me impresionó es una foto en la pared de su pulcro consultorio, de su padre...
Nota del autor IV: También este escrito está inspirado en alguna parte del libro “Médicos de cuerpos y almas” de F. Van Der Mesh, libro que leí en mi infancia y que no tuve necesidad de releer.
Nota del autor V: Por lo anteriormente expuesto le otorgo al Dr. Gordo Semper el más alto grado de los que doy solamente a mis amigos íntimos: “Dr. Honoris Causa en cuestiones de amistad”.
Un abrazo fraterno al Gordo Semper de la familia Raso Montes en pleno.

Alberto Raso “Tatín”
P.D. Como siempre digo: “Yo no creo en milagros, pero que los hay, los hay”.
P.D. II: agradezco infinitamente a Nadia y su madre, al Dr. Jonás Rodríguez, al Dr. Nigris, al Dr. Villalba, a enfermeros y enfermeras del hospital Psiquiátrico, al Dr. Liva del Instituto Cardiológico, a Tory de Biasi, a Carlos Cherkansky y a todos aquellos que creyeron y oraron por mí, como Papi Hanson, Jaime Usatorre y familia, Ciro Acquarone, y muy especialmente a mi mujer y mis hijos que estuvieron conmigo en el séptimo infierno, a mis cuñados Ale y Clarisa, a Juanchi y a todos los que de una u otra manera me ayudaron desinteresadamente como mi hermano Diego y mis padres y sobrinos que algunos desde aquí y otros desde el cielo guiaron mis pasos. No sé si me olvido de alguno, si lo hago les ruego me disculpen y sepan comprender que no estuve en este mundo en los últimos trece meses. Aún me faltan tres para volver, por ahora.

Nos vemos!

Alberto Raso – Tinta Nachi –

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