lunes, 9 de noviembre de 2009

Prólogo

"Un soneto me manda hacer Violante,
que en mi vida me he visto en tal aprieto,
catorce versos dicen que es soneto" ... escribía Lope de Vega al inicio de un soneto,
como escribir sobre un amigo sin errarle, como evaluar un escrito, sin equivocarme,
pero como Lope siguió su soneto seguiré yo: "Burla burlando van tres delante.
Estamos ante un libro original, escrito por un hombre original, que quiere
transmitirnos todos sus ideales, afectos, sueños.
El desorden ordenado de sus escritos es que van saliendo de su alma,
en desorden; pero los recuerdos de su Curuzú, su infancia y los verdaderos afectos
aquellos de los que uno se agarra, como poste en los momentos difíciles, van
tomando forma, salpicados con su propia filosofía, basada en una cultura poco
común, una inteligencia fáctica, y en el afecto profundo.
Poder decirle a las personas, en forma escrita y en vida la profundidad de su
afecto y las razones o los hechos que lo han unido, es un privilegio, que Tatín nos
trae en estas páginas, donde sus compañeros de la infancia, están mechados con
Miguel Ángel o el general Ramírez. Dan a la narrativa la posibilidad de descubrirlo
en nuevas facetas, página por página.
Lo conocí entre los fierros de una chacarita, y fui descubriendo en él una
personalidad, profunda, de largos conocimientos y capaz de con un mazo destruir
un chasis de camión para cargarlo. Así nuestra amistad fue creciendo, día a día
nuevas facetas alimentaban esta relación así como van tejiéndose estas páginas,
llenas de afecto, recuerdos y teorías.
En su tapa, aparecen Don Quijote y Sancho Panza, que resumen para mí, la
personalidad del autor, por un lado el Quijote. El lírico, culto, filósofo, a veces
rayano con lo irreal, pero lo combina con Sancho Panza, aquel de la "fe del
carbonero" bonachón, amigo de sus amigos y con un sentido común a prueba de
balas".
Este libro es Tatín, con su amor profundo por su familia, curuzucuateño hasta el
caracú, amigo de sus amigos, sorprendente en las conversaciones y ahora en sus
escritos, a pesar de ser yo Mercedeño, vale la pena, es ameno y divertido y quiere ser serio. Gracias Tatín por el privilegio de poder escribir estas líneas.

Diego Mantilla (H)

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