martes, 3 de noviembre de 2009

Arturo Sosa

A veces pienso en por qué voy postergando a algunos amigos y me
Rompo la cabeza y medito y me digo para mis adentros
"Todo a su tiempo y armoniosamente" (como dijo el general) pero
Un día me tengo que decidir y creo que es hoy que
Romperé el silencio, pero nuevamente dudo y
Otra vez me digo, mañana será ..........
Y ahora sí estoy decidido y ya no puedo
Esperar más, porque él ahora ya no está
Solo, ya no está como antes, solo y acompañado, ya
Tiene su media naranja que se llama
Estela Azeves y es la hermosa dama a
La que debe cuidar, de por vida y
A toda costa, porque de esas mujeres ya no hay más.


Querido Arturo Sosa Borderes Azeves, no te dejé para el final porque no sabía qué hablar, sino por todo lo contrario, porque tengo muchos gratos recuerdos de vos y de Estela, no todos saben las miles de anécdotas que tenemos juntos, pero Dios sabe cuántos caminos hemos recorrido, vendiendo de todo como los viejos mercanchifles en tu vieja camioneta, tampoco saben de tu vieja pensión ni de lo del "Tape" Loza, ni lo del Negro Gómez que corría cual saeta hasta que corrió tanto que llegó al cielo de mis sincuenta estrellas, ni tampoco saben que fuiste fabricante, ni que comprabas fábricas en desuso. Lo único que saben unos pocos es que ahora estás en el negocio de la salud y en el negocio de la amistad y que a veces preparás comidas deliciosas. Por todo lo dicho acepto y no como dictador, sino como amigo y le otorgo el título máximo.
Arturo y Estela, "Caballeros de la Amistad" y además el de "Caballeros de la Mesa Rectangular" (porque no cabemos todos para comer).

Alberto Raso.

Nota del autor: Esto tiene un modesto secreto, ¡los invito a encontrarlo!

Nos vemos.

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