martes, 17 de noviembre de 2009

Historias de amigos - Lonesome me

Hoy me toca en suerte escribir lo mucho o poco que sé de un gran amigo, de un amigo que para suerte o desgracia, conocí desde hace muchos años. Mi historia de hoy le puse como nombre “Lonesome me” que es una vieja canción de los años 60 y que significa: “Yo, el solitario”, y que fue alguna vez furor en la voz de George Maharis y que empieza diciendo: “Solo con tu imagen adorada voy buscándote en las sombras de la nada, estoy, yo el solitario” y aquí va mi historia que por una u otra razón será bastante larga.

Antes de conocer al solitario conocí a su padre, un Quijote, que pasó por Corrientes, dejó sus enseñanzas a todos y sus obras, que no fueron pocas y luego partió para no volver, a otros lugares que siempre añoró.

Yo mantenía conversaciones históricas o sobre armas antiguas con él, mientras su madre cebaba mate con cariño al Quijote y a mí, mientras su hijo, despotricaba detrás de una ventana. A su padre y su madre le debo algo de lo poco que hoy sé, y como no quiero ponerme triste, empezaré de una buena vez su historia y dejaré por un momento mi corazón en la puerta.

Victorio le puso como nombre su padre al cual es realmente imposible de definir porque se me llenan los ojos de lágrimas cada vez que me acuerdo de él.

Todo parece indicar que fue por el “Rey de Italia” y el otro nombre indudablemente fue por Perón ya que seguía los rumbos del general y era prácticamente y lógicamente imposible que fuera por otra cosa, salvo que sea otro de los caprichos de su padre o madre.

Doy fe, que de las conversaciones a través de la ventana algo le quedó o quizá no, pero estoy seguro que se despertaba mientras nosotros dialogábamos de cosas que para él eran imposibles de entender en esa época.

Nunca sabré si lo hizo o no, porque el saber del padre era tan grande y vasto que no se podía entender a través de una ventana, o medio dormido.

De cualquier manera nunca lo sabré. Pero mi amigo es bueno y tal vez demasiado bueno, tan bueno que me es imposible definirlo, porque a los amigos como él hay que atesorarlos y querer tal como son con defectos y virtudes.

Sólo puedo decir, algo más, que no es tan importante, Tory, gracias por ser como sos.


Post Data: Te nombro Doctor Honoris Causa del Club de los Locos.


Nota del Autor:

El Dr. Victorio Domingo de Biasi, es hoy un inminente médico traumatólogo y salvó muchas vidas en su trayectoria por Corrientes y Monte Caseros (ciudad de sus sueños), a él consultan distintos médicos traumatólogos cuando se trata de operaciones difíciles, trabaja además en el hospital Vidal y es actualmente y por mérito propio auditor del PAMI, puesto desde el cual soluciona problemas sin solución, pasó momentos muy graves en su vida y a todos superó de alguna forma, hoy es el hombre más pobre del país y sólo tiene como tesoro a sus tres hijos y a sus títulos y a la gran herencia de conocimientos que le transmitieron sus padres, vive solo en la casa con su hermana Juana María (también doctora) y solo descansa los días domingos entre las seis y siete de la mañana, hora en que se va a Resistencia conmigo a tomar un café y volvemos cerca de las once, hora en que vuelve a su casa y va a comer algo con Juana María o su nueva compañera y vuelve y se instala en su casa para ver a River, luego se duerme, para empezar su jornada a las seis de la mañana.


PD 2: Querido Tory, no se vive de recuerdos solamente, ni de pensar nada más que en tus hijas, afuera hay un mundo que te espera.

Familia Raso Montes en pleno.

PD 3: Tengo el orgullo de ser padrino de tu hijo, y el orgullo que tus hijas me quieran demasiado y quiero que recuerdes las enseñanzas de tu padre y que además no siempre “todo tiempo pasado fue mejor”.

Alberto Raso y familia con todo nuestro amor.

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