miércoles, 4 de noviembre de 2009

Más hombres misteriosos – Súper Hombre

Súper Hombre es una película de los años 40; pero la mejor versión conocida es la de Elkins, de los años setenta protagonizada por Christopher Reeves en el rol protagónico.
Nosotros en Curuzú tuvimos varios Superman y hoy voy a referirme a uno de ellos. Superman nació en Curuzú, no sé en qué año, en la esquina de Sarmiento y tenía apellido italiano, su padre tenía un apellido del mismo origen pero se parecía mucho a un criminal de guerra nazi llamado Bormann. Nuestro Superman no sé cuando nació, pero sé que lo conocí cuando volvio de la marina con una fuerza descomunal y con un tatuaje en el brazo típico de los que pertenecieron a la fuerza. Como en Curuzú no había kriptonita, se tuvo que acostumbrar al régimen de “Popeye el marino”, es decir espinacas. Este Superman tenía varias cualidades misteriosas, y era muy bueno en todos los deportes, al igual que Tito Leiba, jugaba muy bien al fútbol y era muy habilidoso con las cartas, especialmente al truco y siempre con un compañero que le llamaban “gato” y fumaba un apestoso cigarro.
Yo y los de mi promoción lo conocimos en el Bar Colón, donde a la salida del colegio nos mostraba su descomunal fuerza y nos hacía trucos que no entendíamos, hacía caminar un papel por el brazo, doblaba una moneda de $1, (como Felipe Adaime) tiraba una caruzita sobre la mesa y siempre caía prendida, sacaba mil veces la misma carta por más que revolviéramos el mazo, caminaba con las manos, andaba para atrás en bicicleta y etc, etc.
Todo eso sucedía invariablemente en el Bar Colón y durante nuestra secundaria. Fuimos creciendo y lo perdí de vista a “Superman”, pero lo volví a ver al tiempo en el partido de básquet más recordado en Curuzú, lo que se llamó “la guerra de las guerras” el clásico Belgrano-Curuzú. El equipo de Belgrano estaba formado por el petiso Carballo, Eric Von Calo, “Superman”, Felipe Nosera y Zamudio. El nuestro estaba formado por Piri Ganancias, Tomás Díaz, Canteros Chamorro, Raimondi, Marcelino Blanco, Olivera, Raso y Villa y como director técnico Anselmo Ganancias y Buraco García.
Ya en el primer partido entre Calo y Carballo le rompen los meniscos a Buraco, Curuzú llegó diezmado a la final y allí fue donde yo tuve mi encuentro con “Superman”, en la primera entrada me arrancó los pelos del pecho, en la segunda entrada me metió los dedos en el ojo y me pidió perdón, la tercera entrada mía (ya cansado de tantos golpes) le puse un hermoso codazo en pleno rostro y a “Superman” se le acabó “la kriptonita”, al Piri se le acabó la paciencia y allí terminó el partido con una contundente derrota por parte del Club Curuzú de 74 a 43 (nota del diario Cultura de 1963).
Yo me vine a Corrientes y “Superman” siguió en Curuzú con sus malabarismos y trucos y al tiempo volví a verlo con el mismo físico privilegiado de siempre, parece que fue ayer, pero no lo es, un día “Superman” volvió a Kripton, y hoy le debe estar enseñando trucos y malabarismos a San Pedro que estará pensando cual es el lugar que le corresponde allí...... Sin duda lo mandará al cielo de los buenos...... al cielo de mis sincuenta estrellas......
Con el mayor de mis respetos para el mago de Curuzú – Carlitos Moscarella Post mortem. –

Nota del autor I:
Como todos los locos, Carlitos era un gran tipo y uno de los raros fenómenos que aparecen por Curuzú.
Nota del autor II:
Si San Pedro no lo recibe que vuelva nomás a Curuzú, que allí será recibido con los brazos abiertos.

Alberto Raso, familia Raso Montes en pleno.

Nos vemos, Tatín.

Post Data: Julio Fagalde, ¡andá a cantarle a Gardel!!!

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