miércoles, 4 de noviembre de 2009

Cómo, dónde y por qué, de la razón de mi vida

La razón de mi vida es escribir y enseñar a mis hijos y a todo aquel que quiera leer y se quiera interesar de Historia, Filosofía, Esoterismo, Sociedades Secretas y hasta de Política, que yo sólo sé que no sé nada, pero cada día aprendo algo nuevo y más conozco a la gente y eso es lo que más me preocupa, porque cada día la gente es diferente y el mundo también lo es, y cada vez más. Yo lo que quiero es dejar algo escrito, para que la conciencia no se pierda en la oscuridad de los años que van pasando y finalmente nos vamos muriendo lentamente y lo único que queda es la palabra escrita, porque después sólo seremos un montón de huesos y finalmente polvo. Por todo ello es que no dejo de escribir, porque lo único que hago es cumplir con mi deber ciudadano de aprender y enseñar. Una teoría que yo mismo he esbozado, creo que ya se está cumpliendo de manera inexorable, tanto mi Teoría de la Involución, como otra teoría que tengo sobre el hombre y la historia de Curuzú Cuatiá y quizá ahora no se pueda aplicar, por razones de “Estado” pero después sí se podrá aplicar.
Quiero que alguien conozca las grandes mentiras de la historia que nos vienen enseñando desde chicos y aún nos siguen mintiendo y ahora cada vez más. Esa es la razón de mi vida.
¿Cómo la puedo enseñar? La puedo enseñar así, sentado en mi silla y escribiendo sin parar y plasmándola en este simple escrito, para que todos en algún momento la vean, y ustedes se preguntarán, ¿por qué no hacerlo en Internet, que puede llegar a millones de personas? Y yo les voy a contestar que no y por qué. Simplemente porque Internet es totalmente virtual y no pueden pasar más de dos años sin caer por su propio peso y el propio Bill Gates sabe eso y por ello es que compró en diez mil millones de dólares los derechos exclusivos sobre “El Código Da Vinci”, porque también sabe que ese código es el que finalmente salvará al mundo y de ello podría florecer nuevamente la red hasta que nuevamente eclosione. Eso es lo que yo llamo Teoría de la Involución, mientras tanto debemos escribir todo lo que podamos y dar la vida por ello, porque solamente la palabra escrita puede perdurar en el tiempo, un clásico ejemplo son los manuscritos del Mar Muerto o las tablas de Moisés, o los escritos egipcios, aztecas, tolmecas y otros tantos que culminan con los jesuitas.
¿Dónde la puedo enseñar?. En cualquier lado, en una silla, en un parque, en una plaza, con la única condición que sea con palabra escrita y no otra forma y casualmente por eso es porque se destruyen grandes bibliotecas como la Biblioteca de Alejandría o aquí en nuestro país la propia Biblioteca del Congreso de la Nación, que misteriosamente se quemó y yo pienso que no fue ninguna casualidad, sino que simplemente fue un atentado, porque a poco conviene que se sepan algunas cosas, sino más bien todo lo contrario. Sólo la palabra escrita perdura en el tiempo y por ello debemos esconderla y atesorarla y dejarla fuera de todo lo que podría ser una casualidad, sino más bien una casualidad, porque las casualidades no existen, todo es por alguna razón, y por eso escribo sin detenerme a pensar, esa es la única y verdadera razón de mi vida......

Alberto Raso – Tinta Nachi –

0 comentarios:

Publicar un comentario

Haz tu comentario