miércoles, 4 de noviembre de 2009

¡Qué incentivo, ni ocho cuartos!

En el diario Época de hoy, en la parte de atrás, entre las cosas buenas, las malas y el personaje dice:
Entre las malas dicen que sin incentivo no hay devolución de armas y que la violencia recrudece gracias a que no hay incentivo. Yo si estamos todos locos, si el gobierno nacional está loco, ¿o si yo solamente soy el loco? ¿Y por qué?: Ya hace dos años desarmaron completamente al pueblo, los chorros entregaron todas las armas que no servían absolutamente para nada, pero por supuesto se guardaron las escopetas recortadas, los cuchillos y las tumberas, porque eso no se recibía, como los cuchillos y los pedazos de caño galvanizado con los que se fabrica cualquier tumbera. Los ciudadanos decentes entregaron todo lo que servía realmente, incluyendo armas que por ser de colección, como por ejemplo un antiguo Winchester 44 modelo 1873 o 1892 o un Remington cuya bala no existe. Es decir, hablando claro: al hombre decente lo dejaron en “pelotas” porque no tiene nada que defenderse. Hasta los mismos policías entregaron sus propias armas reglamentarias (previo limado de número) y declararon que la misma fue perdida.
Y ahora vuelvo a preguntarme: ¿Los chorros entregaron los fusiles Fal, los Fap y todos los que sirven para detener un camión blindado?, ¿no se acuerdan de que con una bazooka derribaron un helicóptero de la Policía Federal en Fuerte Apache?
Puta digo, ¡qué mala memoria tiene esta gente para olvidarse de lo que no le conviene!
Tampoco se acuerda que todos los gobiernos totalitarios siempre desarmaron al pueblo decente con las mejores intenciones (angaú), caso concreto de Franco, Hitler y compañía, y nosotros los bobetas de siempre creímos que estaba bien, cuando en realidad dejaron a viejos y madres completamente indefensos y víctimas inocentes de cualquier chorro de 15 o menos años.
Indudablemente los hombres del Klan – Ka Ka hicieron una jugada maestra y nos dejaron indefensos para siempre, porque ahora se terminó el “plan incentivo” montado por los KK y ahora nadie, ni pobre ni rico puede comprar un arma para defenderse, no sólo porque la plata no nos alcanza, sino porque “sale más caro el collar que el perro”, porque la pistola o el revólver que compramos a 700 U$A, no lo entregan hasta que el dichoso Renar se le cante el c......, trámite que dura más de tres meses, más la cantidad de requisitos que nos piden y formularios que tenemos que llenar, como por ejemplo tener pago todos los impuestos, aptitud para el manejo de armas, aptitud óptica y comisiones que nos pide el gestor, que el Renar nos “sugiere” por su límpida trayectoria y que generalmente son policías retirados, que por “casualidad” siempre están dispuestos a ayudar; claro, están dispuestos a ayudar porque conocen a todos los policías corruptos de antes y de siempre que siempre conocen a algún médico, óptico o instructor que puede facilitar las cosas para que los papeles salgan más rápido, por supuesto esa “aceleración” de trámites cuesta un “precio” y entonces el arma que valía 700 U$A, pasa a valer tres veces su valor.
Además estas personas tan “inteligentes” nos dejaron sin protección tanto interior, como exterior y cuando suceden casos como el de Malvinas por ejemplo, el que les salva las “papas” es el pueblo común y no el Ejército como cuando en 1806 y 1808, nos salvó de la invasión “pirata” y posteriormente del bloqueo anglo-francés y no fue solamente Rosas sino el común de la gente la que resistió estoicamente ese “bloqueo”.
Por todo los que les conté, es que a pesar de que no me simpatizan los americanos, los admiro de alguna forma porque nunca desarmaron a su pueblo, al contrario, cualquiera con sus documentos y papeles en orden, puede comprar cualquier arma.
Por todo lo expuesto es que no me arrepiento para nada de haber dicho que los argentinos somos todos una manga de boludos. Además tenemos muy mala memoria, porque ya Menem nos enganchó con su famoso “plan canje” y entregamos unas hermosas viejas camionetas Ford, Dodge, Jeep, Falcon, Chevrolet y recibimos a cambio la chatarra que nos mandaron los rusos (como el dacia) o los chinos con sus autos “extraordinarios” cuyos repuestos no existen. Mientras tanto las Dodge, Ford Estanciera y etc, etc siguen andando y hoy son codiciadas por cualquiera que tenga algo de sentido común.
Y finalmente les digo y les pregunto: ¿Qué vivos que somos los argentinos, no?

Alberto Raso – Noc Cabrón –

Nota del autor:
Por favor ¡piensen!

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