lunes, 1 de marzo de 2010

Papelones en el mundo, papelones en Corrientes

El día 22 de febrero se celebra en EE.UU. El cumpleaños de Jorge Washington. En 1833 los habitantes de ese país le pagaron a un escultor llamado Horacio Greenough la suma de U$S 5000 para que realice una estatua del prócer que estaba destinada a ser puesta en la rotonda del capitolio. Greenough se fue Florencia, cuna de los mejores escultores del mundo y luego de varios años trajo una escultura de 20 toneladas de mármol, era tan pesada que una de las correas se soltó y cayó al fondo del barro del puerto. La marina norteamericana mandó urgente un acorazado a Italia y luego de penosas tareas pudo sacar a Don Jorge y lo llevó a Nueva York, pero no pudo desembarcarla porque no cabía en los túneles de los subterráneos, de allí se dirigió a Nueva Orleáns desde donde lo llevaron hasta Washington, donde al fin terminó su travesía, pero tampoco pudo pararse allí porque el suelo del Capitolio no aguantó sus 20 toneladas, entonces se trasladó al prado del Capitolio. Cuando al fin terminó la odisea, vino la banda y empezó a tocar sus mejores marchas heroicas y empezó a descubrirse la estatua y para sorpresa de todos apareció George Washington con tónica de romano. Se armó un revuelo de insultos entre todos y unos se echaron la culpa a otros. Lo cierto es que los americanos (rápidos para enmendar errores) taparon al mitad George y mitad César con un montón de máquinas de imprenta, previa destrucción total y así se encuentra hoy en el instituto Smithsoniano.
Bobos hubo siempre.

Papelones en Corrientes
En Corrientes Capital hay varios papelones que merecen destacarse, pero me voy a remitir solamente a los más conocidos y visibles para no sacar al lector del centro de la ciudad, porque si me remito a la periferia y voy hacia el cementerio los papelones son mayúsculos.
Yo tengo mi trabajo en calle Irigoyen 2187, mi trabajo consiste en hacer de todo, desde juntar cartones para ayudar a Haití, hacer lámparas, vender y comprar antigüedades y en mis ratos libres (que son pocos) me dedico a escribir de todo un poco, entre las historias que escribo las que más me gustan son las históricas, las curiosas y las que no figuran en Internet, como las que voy a contar ahora.
Primer papelón: el primero que conozco es el papelón de la estatua del gran Brigadier Pedro Ferré. La estatua de Ferré, uno de los próceres más “prolijos” de la provincia, está erigida hace más de veinte años en la hermosa costanera correntina, paseo obligado de turistas y correntinos. El Brigadier está firme y enhiesto mirando hacia el lado de la ciudad, cosa que lo hacía mirar con detenimiento el paso de las comparsas y carrozas, cuando en realidad tendría que mirar el río que tanto amaba y de paso mirar alguno de los barcos que se construían en los astilleros de la familia Ferré; pero eso no es nada porque no creo que al gran Ferré le importara mucho eso, lo que sí le puede afectar a él y al escultor es que el pobre Ferré hace más de veinte años que no puede hacer pichí, porque no tiene bragueta! Y además tampoco puede bajarse los pantalones porque sería muy vergonzoso hacerlo en un lugar tan transitado!

Segundo papelón: este papelón no es tan grande, pero hace que los turistas se confundan un poco, como le pasó a un amigo al que le hice conocer la ciudad. Hay algo que caracteriza a Corrientes y son sus hermosas iglesias con Santos antiquísimos donados por las familias más pudientes de la época, al punto tal que algunas de esas personas están enterradas adentro de la iglesia. La iglesia en cuestión es una de las más importantes de la ciudad, la iglesia de la Merced. Lamentablemente los argentinos miramos hacia abajo, seguramente para ver si encontramos una billetera caída o alguna moneda perdida, pero si miramos para arriba la cosa se pone más interesante, porque en el medio y arriba de la entrada hay un gran vitreaux con la estrella de David, es decir la estrella judía y a sus dos lados también hay dos estrellas judías. No creo que el asunto esté tan mal porque Jesús era judío, el problema es que algunos turistas no saben si se trata de una iglesia o una sinagoga!

Tercer papelón: a cuatro cuadras de mi negocio está el tercer papelón correntino, se trata de la estatua de Don Tránsito Cocomarola, el “Taita del chamamé”, uno de los hombres “iconos” de la música correntina comparables a Raulito Barboza, Ramona Galarza, Miqueri y otros tantos cantautores correntinos.
Tampoco hay mucho problema con Don Tránsito porque en Corrientes no hay muchos días de intenso frío, pero como el tiempo ahora no es previsible y el invierno suele ser muy inestable y hay que tomar precauciones y ponerse las mochilas correspondientes y aumentar las defensas, sería recomendable ponerle botas al gran chamamecero y sacarle los ridículos mocasines que le pusieron! Se ve que el escultor no era de estos pagos porque los mocasines son para el verano y para los chicos del barrio norte de Buenos Aires. Aquí los chamameceros usan pañuelo, bombacha, botas y cuando hace mucho calor alpargatas, pero mocasines nunca!













Papelones en Curuzú
Como conozco Curuzú conozco todos los papelones habidos y por haber, pero me voy a remitir a algunos que conozco perfectamente porque pertenecen o tocan directamente a mi familia.

En el mismo patio del ACYAC hay un monolito que dice: “Monumento ‘probablemente funerario’, donación familia Villar”. Ninguna más grande que esa por varias razones:
1) Se trata de un monolito que la Asociación de Maestras Curuzucuateñas hizo hacer en agradecimiento al Coronel Llopart, por las donaciones que éste hizo a las escuelas de Curuzú.
2) No es monumento funerario, es un monolito para ser ubicado en una plaza o en la escuela Belgrano, a la que tanto ayudó.
3) El monumento en cuestión fue donado por mi hermano el Dr. Osvaldo José Raso, quien lo recibió en pago por trabajos dentales al Bocha Villar y yo mismo ayudé en el traslado del monolito, cuya base era mucho más grande que la actual, es decir le falta una parte ya que su altura original era de tres metros veinte, parece que una parte se quedó por el camino. El monumento fue sacado con mucho esfuerzo de la casa de los Villar haciendo cruz con la iglesia central y pegado a la comisaría. Participaron varios amigos de mi hermano en el traslado, entre ellos Lapeyre y se usó la grúa de unos hermanos que vivían haciendo cruz con el actual Colegio Nacional, de profesión tapiceros. Por esa actitud y otras más le fue entregada la orden ACYACTICA en el final de su vida y por ello espero que la familia Villar y ACYAC pongan las cosas en su lugar.
4) Otro papelón en el mismo lugar. En el año 1974, mi madre, María Remedios Reina de Raso, otorgó en custodia a ACYAC una parte importante de nuestra colección de armas. La misma iba a estar en ese lugar hasta que mi hijo Alberto Mario Raso Montes cumpla la mayoría de edad, lamentablemente el único que sabía del caso era el Dr. Borderes y como las palabras se las lleva el viento, a nosotros nos quedaron únicamente las fotos y una carta de mi madre donde me avisa del destino de esa colección. De cualquier manera eso no es importante porque nunca la hemos reclamado y además las armas están en ese lugar y con una inscripción que dice: “Donación familia Raso, armas pertenecientes a la batalla de Pago Largo (1841)” lo cual es recontra inexacto, porque si bien hay varias que fueron encontradas allí, las otras treinta y seis son de la primera y segunda mundial. Me parece que ya es hora que un lugar tan importante como ACYAC esté manejado por alguien idóneo, o por lo menos por alguien con sentido común, 50 o más años de diferencia entre un objeto y otro es mucho tiempo!
5) El quinto está en el cementerio donde a la entrada hay un busto al que le falta un botón y dice “A mi Elena”, pero no aclara de qué Elena se trata y se le atribuye a Elena Erro, pero ningún Erro conoce a Elena y eso crea una confusión general que nadie sabe, yo sé que no es un simple monumento y que tiene 3 subsuelos y conozco también el juicio que perdió el esposo de Elena por el botón y el escultor italiano que lo hizo, pero tampoco sé de que Elena se trata, si alguien lo sabe le ruego que me lo cuente, porque “Elenas” hay muchas, pero como esa ninguna!

“Y como para muestra basta un botón, se terminó el papelón”

Alberto Raso – Tatín –

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, respecto de Elena, por lo que me cuenta mi mamá, es mi bisabuela, yo estoy buscando información, me gustaría ver la manera de encontrar más datos, mamá me cuenta que la familia de Elena era de Córdoba, eran comerciantes, traían cosas para vender y llevaban cuero para vender en Córdoba. Mi papá tenía la foto de ella con la que tomaron como modelo para realizar el monolito, su papá le mandó a hacer. Papá hablaba muy poco de esas cosas, quisiera saber porque, que pasó realmente. Sé que hay familia en Córdoba, en Curuzú Cuatiá ya no quedamos nadie de la familia. Si tiene interés, mi correo es marcelacace@yahoo.com.ar

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