miércoles, 10 de marzo de 2010

Conociendo a Mario Zvedeniuk

Así como en Curuzú tuve un club de “mis amores”, también lo tuve en Corrientes, ese club era el Juventus, en ese lugar solíamos jugar a la noche partidos de entrenamiento y a la siesta unos picados entre nosotros, allí en esos picados conocí a un colorado que pensaba y era de mente abierta y lúcido, si Mario jugara hoy sería un fenómeno y el hombre que piensa y dirige el equipo, pero hoy no es ayer y lo que pasó, pasó. Desde esos lejanos y cercanos años lo conozco a Mario y cada día que lo veía, más atrayente me parecía su personalidad.
Mario es uno de esos raros fenómenos que puede y logra cumplir todos sus objetivos, tanto comercialmente como políticamente, como espiritualmente. A Mario o perdí de vista por algunos años durante el auge de las “chacaritas” (hoy llamadas desarmaderos o depósitos de chatarra) pero nunca lo perdí de vista porque era un lector de diarios empedernido.
Cuando terminó mi actividad como chacaritero y cansado de que me roben de siesta y me vuelvan a vender de tarde las mismas cosas, decidí emprender otra actividad, me dediqué al video y a las antigüedades. Alquilé un local en calle Irigoyen 2184, justo frente a mi actual negocio, yo seguía viéndolo los domingos acompañando a su padre a la frutería de Rivas y cada día sentía más admiración por él por su constancia en acompañar a su padre. Un día que fue memorable para mí, me crucé y me puse a conversar con él, allí me enteré que los propietarios del negocio le pagaban en especies o directamente no le pagaban, mi negocio era reducido y ya no tenía más espacio. Le pedí que me alquilara el negocio de Rivas y él me dijo: “Sí, cuando se vayan los Rivas el negocio es tuyo y tenés que ser “mueblero”.
Yo me quedé pensando en esa frase y cuando al fin se fueron los Rivas el negocio fue mío tal como lo prometió Mario. Eran los tiempos del cecacor, tiempos difíciles para todos y Mario me puso un alquiler regalado pero me siguió insistiendo que tenía que ser mueblero, situación ésta que podría afectarlo a él, pero indudablemente Mario era un tipo tan especial que eso no le importaba y él mismo me dio los primeros muebles antiguos que yo tuve, una araña de cárieles imperio que me regaló y un juego de dormitorio Luis XV que me dejó en consignación y que yo nunca le pagué por distintas circunstancias, pero que se lo pagaré de alguna forma, porque actualmente lo está usando mi hija.
La generosidad para conmigo no tiene límites y no sólo para conmigo porque sé que en muchas oportunidades ha salvado a varias personas. Mi negocio fue creciendo lentamente y hoy es muy importante gracias a él y a otros amigos que me ayudaron de la misma forma.
Yo aún le sigo pagando un alquiler barato para los tiempos que están corriendo, en que todo va aumentando en forma cotidiana gracias a los gobiernos que supimos conseguir.
Si tuviera que definirlo diría que es como Kant (el filósofo).

M ario es tan puntual con su negocio que abre a las 8 y cierra a las 12:30
A veces va a su campo y hace tareas de todo tipo hasta las tareas más
R udas y cuando llueve se alegra por su campo y cuando se
I ncendia lo apaga con sus peones personalmente, a costa de su vida.
O tras veces el campo se inunda y ya no hay alegría, es astuto como un
Z orro y se las arregla para sacar sus pobres
V aquitas del campo y cuando las saca recién se tranquiliza y
E mpieza a descansar y vuelve a la ciudad para empezar
D e vuelta el duro trajín de volver a su negocio.
E s perfecto y organizado y es el hombre “orquesta” que
N o descansa jamás, porque llueva o truene es
I mposible que deje de abrir su negocio a horario, no tiene
U n día de descanso, su responsabilidad la cumple aunque tenga que soportar
K ilos sobre sus espaldas.

Ese es mi pensamiento sobre Mario, el es amigo de sus amigos y un hombre ejemplar en todas sus actitudes, no tiene enemigos y hace favores a quien lo necesite sin mirar credos ni religiones y el que diga que no es así, simplemente miente, porque él como toda su familia son genéticamente generosos y sus hijos son iguales a él, son “astillas del mismo palo”.
Mario no se calla ante nada, ni se arrodilla ante nadie, ayer leí su crítica sobre el quiebre de la confidendealidad bancaria y la ilegítima estabilidad de los preferidos y por esa razón voy a tomarme el atrevimiento de usar una frase de un diálogo entre Maquiavelo y Montesquieu del “Príncipe” de Maquiavelo que dice así:
“Admito de buen grado, que tan poderoso espíritu se perdería ganando”
(Maquiavelo, diálogo V con Montesquieu)

Por todo lo expuesto considero que Mario Zvedeniuk es el mejor consultor financiero de Corrientes y un mecenas al que toda nuestra familia le agradecerá durante toda la vida sus actitudes para con nosotros y para el pueblo en general, y lo nombro con el título honorífico que solo doy a mis mejores amigos:
Mario y familia: Doctores “Honoris Causa en cuestiones de amistad”.

Alberto Raso – Tatín –
Nota del autor:
Voy a contar una anécdota real que pasó en su negocio entre él y yo:
Un día cualquiera fui a hacerle una consulta a Mario y él me preguntó, “¿Qué necesitás? Yo le contesté: “Necesito saber si va a llover”. Mario me dijo exactamente: “Antes me preguntabas por cuestiones financieras, ahora soy ‘meteorólogo’ (Mario está conectado por satélite a un sistema brasileño de pronósticos de lluvia y eran los tiempos de sequía)

Nota del autor II:
Mario no necesita comprarme muebles, porque tiene todos los contactos necesarios para comprarlos directamente en las fábricas, sin embargo en varias oportunidades lo hizo y yo me pregunto: ¿Por qué será?

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