lunes, 1 de marzo de 2010

La historia de cucaracha blanca: un amigo de verdad

Cuca entró en mi vida gracias a un amigo que está muy lejos. Se encerró en un laberinto que llamábamos casa, ubicado en Lavalle 34 o 36 según la carta documento que llegara. La propiedad era de un buen señor llamado Del Piano. Cuca era su nombre artístico, en realidad se llamaba José Antonio Cunha Ferré, heredero directo del gobernador Ferré y propietarios de la confiscada casa de Córdoba e Irigoyen, hoy llamada injustamente Jockey Club. José se casó con tres mujeres, pero una sola es la que vale. Susana Aguerreberry de Cunha Ferré, la que fuera compañera de toda su vida.
José es el hombre más bueno del mundo y juntos pasamos los momentos más gratos e ingratos que alguien puede pasar. José era un fenómeno y un pródigo, es el padrino que elegí para mi hija y estoy seguro que ni mi mujer y yo podríamos haber elegido mejor.
Con este loco de la vida pasamos las mil y una noches. Un día se aparecía por casa con mil regalos para nuestros hijos y otros días cocinábamos a dúo Susana y yo, mientras José jugaba al ajedrez con alguien entre sonoras carcajadas. Juntos pasamos el mundial 78 y nos prometimos que pasaríamos el 82 juntos.
José era un soñador empedernido desde siempre y Susana solía poner a veces a José en la realidad.
Fue siempre peronista, pero de los que perdían. Fue un gran jugador de básquet hasta que lo echaron por 99 años por pegarle a un referí que actuó injustamente. Fue miembro del seleccionado de básquet de la Facultad de Derecho junto con fenómenos como el Pato Muñiz, Carlen, Pompón Cobo y yo entre otros.

Primera anécdota:
Luego de prepararlos durante meses físicamente (con comidas especiales en el comedor universitario) fuimos al campeonato argentino de facultades con todas las de ganar. José era el capitán del equipo y el defensa más ágil, Biloni era un goleador nato, al igual que Muñiz y Carlen era el cerebro del equipo y yo un jugador de 18 puntos por partido.
Al dar el salto inicial (contra un gigante llamado Treppo) José me cachetea la pelota a mí e hicimos el gol más rápido del campeonato (3 segundos). Cuando yo volvía con una ancha sonrisa encuentro a José en la cancha desmayado y con la clavícula rota por lo cual pasó toda la noche bajo el efecto de la anestesia y yo dándole pequeños sorbos de agua con un algodón con lo cual se terminaron nuestros proyectos de un tercer tiempo (teníamos todos nuestro propio club de admiradoras)

Segunda anécdota:
José ya es abogado (rindió 4 o 5 materias en un mes) lo que le provocó un sonmenage (hoy llamado estrés) y le terrible enfermedad del síndrome de Meniere.
Ocurrido todo esto y luego de un tiempo pasa a ser profesor de la Facultad junto con otros amigos y yo (sin recibirme) paso a ser ¿profesor adjunto? Susana y Sarita de parabienes y yo como un boludo.

Tercera anécdota:
José tiene sus primeros amores con Susana y se van de paseo a Resistencia mientras una bruja pide la inmediata detención de José y del auto (que era propiedad de ella). En un operativo comando Gerardo Cunha Ferré y yo salimos al rescate y trajimos a la feliz pareja (José escondido en el piso) en un Fiat 600 burlando a la policía del puente, a don Julio Romero y compañía. (El auto con pedido de secuestro aun lo deben estar buscando)

Cuarta anécdota:

José gana su primer juicio y viaja a Buenos Aires a comprar su primer 0 km. A la semana vuelve en un Chevrolet Impala del 69 (como Sandro) con caja automática, al llegar a Corrientes, se rompe la caja y nadie sabe arreglarla, José lleva el auto a Resistencia y nunca más lo fue a buscar.

Quinta anécdota:
Lamentablemente llegan los tiempos de la Triple A y José se aparta de Julio Romero (Piracambú) y se va con la línea de Escalante Ortiz y junto con él grandes profesores de la Facultad, Susana ya está recibida y también viaja a Formosa (baluarte peronista de siempre) y va ya con un cargo alto. Susana también. Susana también. José le hace ganar varios juicios a la provincia y cada vez su cargo es mayor y le otorgan una casa de barrio en el medio de la nada y toma un préstamo para hacer en el lugar una casa al estilo José, con todas las de la ley, una y dos habitaciones con yacuzzi, en el tercer piso gimnasio que se transforma en salón de fiestas y una terraza con cascada y todo. Por supuesto que las cocinas son eléctricas y el ascensor de última generación y que nadie entiende, Susana aún está pagando el dichoso préstamo, ¿pero qué le va hacer?, José es José.

Sexta anécdota:
¿José no viene a nuestro casamiento? Cosa rara. En la puerta de José lo esperan los usureros del casino y no puede escapar (esto es antes de Formosa)

Séptima anécdota:
Mi hija cumple 15 años y José y Susana vienen cargados de regalos, tanto para Virginia como para todos los chicos (el preferido de Susana es Juan Manuel pero ella no hace distinciones).

Octava anécdota:
José viaja a Buenos Aires para hacer un tratamiento para dejar de fumar sus tres paquetes diarios y nunca más fuma y deja de tomar y hace una vida metódica y sana porque ya tiene una hija que es un encanto y una mujer igual, cuando yo le pregunté por qué dejó de fumar y cómo lo hizo, me contestó lo siguiente: “El tratamiento me costó 300 dólares, y yo quise seguirle a mi plata”.

Novena anécdota:
José imprevistamente hace un viaje muy largo porque otros amigos lo necesitan en otro lado para impartir justicia, a mí la noticia me cae como un balde de agua fría, y a toda mi familia también. El hombre del corazón de oro viaja al cielo en medio de la congoja general de su familia y de amigos y adversarios. Al Señor Juez Federal de Cámara lo traen a Corrientes donde lo entierran frente a su querido río Paraná.

Décima anécdota:
Mientras el padre está dando su último adiós al hombre bueno, extrañamente un picaflor golpea y golpea el vitral de la iglesia y un silencio que estremece nos hace pensar a todos que es José despidiéndose a su manera.
A veces escucho risas y un jo, jo, jo en el living de mi casa y me imagino que es José ganando una partida de ajedrez a Juanchi, a Tory o a mí. Pero aunque yo no quiera, no está.

Para Susana y José con todo nuestro amor.

Familia Raso Montes.

P.D. I: Como bien decías, el derecho no es nada más que razonamiento.

Nos vemos.
Tatín.

P.D. II: ¿Aprendistes a bailar tan bien como Susana o seguís con tu alegre ritmo de samba? Te extrañamos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

gracias por las cosas que escribiste de mi abuelo Jose Antonio,que se fue al cielo cuando yo era chiquita,megusto, que linndo todo lo lei tengo 10 años. soy Donatella cunha ferre,su nieta,y la hija de jose alejandro,joao.besos Donatella.

Anónimo dijo...

soy su unica nietita...mi papa recien me dijo que eras el mejor amigo de mi abu,a mi papa lo llamaban cucarachita blanca como mi abuuu!! que te mande saludos que se acuerda bien d vos de quete llamas Tatin como el alfajor...besos Donatella cunha ferre.

Anónimo dijo...

DONATELLA AGOSTINA CUNHA FERRE FACEBOOK

Anónimo dijo...

Que lindo saber algunas anecdotas de mi Flia. En algunos párrafos parecían cosas que yo había hecho. Me encantaría viajar y conocer Corrientes, voy a ir pronto!
Saludos, y gracias por tus palabras!
Guillermo H. CF, Bs As.

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