Los túneles de Corrientes

Anoche, 4 de diciembre de 2009, he descubierto que los túneles conocidos en Corrientes son mucho más de los que cuenta el escritor Augusto Salas (amigo personal) en su libro “Los túneles de Corrientes”.
Alrededor del año 1949, Perón construye el Hogar Escuela de la ciudad de Corrientes y construye además uno de los túneles más largos y complejos que existen en la ciudad. Era la época en que los niños realmente carenciados vivían allí y se necesitaba una salida subterránea rápida para llevar a los niños enfermos al hospital Llano. Llevar los niños por fuera era prácticamente imposible ya que en la parte de atrás tenía demasiadas construcciones como la cancha de fútbol grande, el tanque de agua y varias construcciones más.
Siendo director del establecimiento, el Doctor Sotelo (padre del actual fiscal) los padres de los niños carenciados dejaban a sus hijos en el Hogar de lunes a sábado a la mañana y cuando no tenían para darles comida a sus hijos los dejaban hasta el lunes bajo el guiño “semicómplice” de Sotelo. Entre estos niños había dos que habitualmente quedaban allí y los que así lo hacían, se hacían amigos del cocinero de turno en esos días, el cocinero los hacía pasar a la cocina y los dejaba jugar por donde querían, la única condición era que no pasaran nunca una puerta de gran magnitud que se hallaba en el fondo de la cocina. Los chicos siempre respetaron a rajatabla esa condición, pero los chicos son por naturaleza curiosos y aprovechando un descuido del cocinero cruzaron la puerta y empezaron a recorrer el túnel que se bifurcaba cada tanta en distintas direcciones, para no perderse Delfor Vallejos (actual martillero público) decidió seguir derecho, y al cabo de unos seiscientos metros apareció en el hospital Llano junto con sus compañeros, justo al lado de lo que anteriormente era la sala de emergencias, la salida tenía una rampa apta para subir con camilla y su altura era de aproximadamente 2,40 x 2,40 de ancho y actualmente se encuentra tapado por una de las tantas decisiones sin razón que han tomado los gobiernos posteriores a la revolución del 55. En razón de mi gratitud al Señor Delfor Vallejos, él mismo se encargó de averiguar con otros compañeros todo lo que sabían con respecto a ese túnel y consigue la siguiente información del Señor Nemesio Aguirre: El túnel se bifurca hacia la izquierda hasta la iglesia Santa Rosa (3 de abril y Poncho Verde) y de allí hasta la iglesia Catedral terminando en el barrio Camba Cuá probablemente en el colegio Pío XI.
Hasta allí el relato de Nemesio Aguirre y ahora (hasta que tenga pruebas concretas) entramos en el terreno de las conjeturas, ya que yo supongo (sospecha fundada) que este túnel termina en el río Paraná, doblando antes hacia la Escuela Normal y volviendo hacia la Municipalidad (actual) y de allí hasta la casa de Gobierno, donde se halla una puerta clausurada por el gobernador Leconte (dato del Dr. Diego Mantilla) y de allí la iglesia ubicada en Tucumán y mayo y de allí uniéndose con el antiguo Cabildo de Gobierno (actual jefatura de policía) hasta llegar al convento franciscano. Toda esta última red de túneles concuerdan ya con los descritos por Augusto Salas. Pero este no es el único túnel misterioso porque hay otro que viene del hospital Vidal por calle San Juan en forma casi recta y se desvía además hacia calle Mendoza pasando por el correo Central y volviendo a entrar a calle San Juan, pasando por debajo de la casa del gobernador Vidal (actual museo de Bellas Artes) cruzando hacia el teatro Vera y de allí hacia la casa de la familia Meabe (casa en la cual se firmó el pacto Liberal-Autonomista) y en la que el que suscribe vivió (durante seis años) y escuchó los sonidos del agua que pasaban por esa propiedad. El Dr. Diego Mantilla (H) vivió en la casa pegada a la mía y haciendo un jardín se encontró también con este túnel.
Pero la realidad es que yo voy apuntando no a los túneles en sí, sino a la importancia que tendrían en la actualidad dichos túneles, que fueron tapadas por la gran cantidad de alimañas que había en ellos, pero actualmente servirían en tiempos de seca como atractivo turístico y en tiempos de inundaciones como un perfecto desagote hacia el río Paraná, ya que todos convergen en él. Lamentablemente nuestros gobernantes no han tenido en cuenta esas circunstancias y han tapado impiadosamente todos estos grandes túneles en aras del progreso y lo único que han traído es un retroceso total y absoluto.

Alberto Raso – Tinta Nachi –

Nota del autor:
El autor conoce actualmente todos estos túneles y existe una comisión de túneles históricos que tampoco puede hacer nada el respecto y aunque ellos también luchan contra “molinos de viento” siempre existe una “mano negra” que impide los grandes proyectos, es lo que yo defino como: “La burocracia, la máquina de impedir”.