lunes, 12 de abril de 2010

La importancia de llamarse Raso

El día 08/10/2009 un amigo me dio la satisfacción de traerme un artículo de revista Selecciones donde se hablaba del custodia desconocido de Juan Domingo Perón, de nombre Domingo Antonio Raso, hombre de físico exuberante que salvó la vida del General en muchas oportunidades a costa de su vida, tal como lo haría cualquiera de los Raso de mi familia para salvar la vida de un semejante, porque no conozco a ningún Raso de mi familia que haya dado marcha atrás cuando la ocasión así lo exhibe, al punto tal que mi tío abuelo Chin y Miloto murieron heroicamente, uno por salvar la vida de 2 amigos que se estaban ahogando en las playas de Quilmes durante una sudestada y Miloto murió tratando de romper una puerta del frigorífico “La negra” para salvar a dos compañeros que se estaban quemando en un incendio ocasional.
Después de leer la nota ávidamente, me sentí orgulloso de llevar ese apellido y más rápido que un bombero fui a buscar entre mis papeles el árbol genealógico de mi familia que se remonta al año 1690 donde aparece por primera vez un Raso, en la localidad de Cervo Ligure, en Italia. El primer Raso que llegó a la Argentina fue Francesco Raso (mi abuelo) en el año 1917 y se radicó en Avellaneda afiliándose a las filas del radicalismo y ascendiendo rápidamente a líder sindical, manejando el puerto de Buenos Aires. Francesco Raso se casó con Leonor Terrizazo y como todo caudillo de la época tuvo tantos hijos como pudo, el único legítimo fue mi padre, pero reconoció a todos y a todos hizo entrar a trabajar en Obras Sanitarias de la Nación y por rara casualidad casi todos vivieron o estuvieron en la zona de la Patagonia Argentina.
Demás está decirle que me “comí” todo el árbol genealógico y no encontré un comino, pero como decía mi abuela “quien me quita lo bailado”. La ilusión duró una escasa media hora, casi lo mismo que me costó hacer este escrito y leer mi árbol genealógico; parece que soy nada más (ni nada menos) que un triste Raso, pero como soy terco voy a seguir buscando porque allá en el traste del mundo existe un lugar llamado “cabo Raso”, capaz que con ese le pego!

(Para ver detalles de las imágenes hacer click sobre ellas)

Alberto Raso – desilusionado –

0 comentarios:

Publicar un comentario

Haz tu comentario