lunes, 12 de abril de 2010

El noble oficio de Anticuario

El oficio de anticuario te da posibilidades de aprender algo todos los días y lo que es mejor, te da la posibilidad de enseñar algo todos los días.
Mi historia de hoy comenzó anoche con la compra de un viejo reloj Omega de bolsillo que me llamó la atención por su belleza y por la robustez de ese modelo, y empecé a buscar en toda la bibliografía existente en mi negocio, hasta que al fin llegué a encontrar el modelo y el año exacto de su fabricación.
Se trataba de un modelo Omega militar fabricado en 1914 y aquí empieza la parte importante que yo llamaría “la leyenda del Omega”.
En 1934, el más importante político y guerrero turco se llamaba Mustafá Kemal que después de la primera guerra mundial se opuso al sultán reinante y reorganizó las tropas turcas y las llevó a la victoria.
Mustafá Kemal pasó a ser el líder indiscutido del país y sus medidas fueron profundas proclamando la abolición del sultanato y el califato y trasladando la capital de Estambul a Ankara. La asamblea nacional lo llamó “Ataturk” que significa “el gran turco”. Todo esto no hubiese sido posible si el gran turco no hubiese tenido un Omega modelo militar 1914 porque durante una batalla, defendiendo la posición turca en los Dardanelos, el gran turco recibió un balazo de fusil que se clavó en el costado izquierdo del pecho. El ayudante trató de gritar, pero Ataturk lo hizo callar para no bajar la moral de las heroicas tropas turcas. Al cabo de unos minutos Ataturk se levantó y siguió combatiendo como si nada hubiese pasado. La bala mortal había dado en el centro del reloj Omega atravesando sólo la tapa. Luego de terminada la contienda Ataturk regaló su Omega al ayudante y posteriormente se lo hizo arreglar en Bienne y hoy sigue marchando como si nunca le hubiese pasado nada y está exhibido en el museo más importante de Estambul.

Alberto Raso –

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