lunes, 19 de octubre de 2009

El día de la raza -12 de octubre de 2009-

Yo soy un hombre que siempre trabajé en lo que me gustaba incluyendo los sábados y domingos y eso sucedió en todas las épocas, pero también me divertí en todas las épocas y hasta el trabajo me parecía divertido, mis seres queridos siempre me reprocharon esa actitud y la consideraron malsana para mi salud y para mi espíritu.
Hace más de cincuenta años que hago eso, primero ayudando de alguna manera a mi padre en sus últimos días y después cebando incansables mates a mi madre, hoy han pasado cincuenta y tres años de ello y es feriado, sin embargo estoy escribiendo y no dejo de trabajar a la manera que hoy puedo hacerlo y hoy es doce de octubre y recién me doy cuenta que ese día no fue un buen día para nadie, salvo para los europeos de todas las razas que vinieron a conquistarnos a sangre y fuego y no vacilaron en realizar exterminios en masa de todas las razas habidas y por haber en nuestra América.
Veo a través de los ventales de mi negocio y la calle está vacía, sólo pasan muchachos y muchachas en estado de ebriedad total, supongo que habrán estado festejando el día de la raza y miro para mis adentros y sigo pensando: ¿qué hay que festejar? Seguramente hay que festejar la llegada a América de los señores que lo hacían bajo el auspicio de los reyes católicos?, y vuelvo a preguntarme: ¿eso es ser católico?, ¿ser católico es cambiar espejitos por oro, plata y piedras preciosas? ¿ser católico es exterminar de la manera más cruel a todo lo que se oponga a los gloriosos adelantados?
En nuestras escuelas nos hacen estudiar a Colón, a Pizarro, a Magallanes y a otros tantos y aquí en Corrientes resaltamos a Juan Torres de Vera y Aragon y pocos nos enseñan de Caupolican, de Manco Capac y de todos los dueños de las tierras que regaron estas latitudes con la sangre de estos mártires y nos dejaron de regalo espejitos y enfermedades infectocontagiosas que no eran conocidas por aquí y abusaron sin piedad ni sentimiento de mujeres y niños, y todo ello en nombre de la cruz, una cruz de la cual no merecían ser portadores. Luego vinieron los regímenes de servidumbre y seguimos siendo esclavos, y luego vinieron los jesuitas y nos conquistaron con amor y nos enseñaron cosas que ya sabíamos, nos enseñaron músicas desconocidas con instrumentos nuevos como el violín o el órgano y nosotros dejamos de lado nuestros antiguos cuernos, tambores, flautas hechas con madera de nuestras selvas autóctonas y palos que usábamos para hacer música celestial y cánticos que los conquistadores ni los religiosos conocían y que hablaban de amor al mismo hombre o al Dios que nosotros teníamos, también les dieron techo y baños comunitarios, pero los baños y los techos eran comunitarios para los indígenas y no para los religiosos y conquistadores, porque ellos se vestían con armaduras, con túnica de cura y ornamentos de oro, plata y diamantes que ya habían robado a los indios y los dejaron con sus plumas y taparrabos, total esa gente no tenían frío ni tenian derechos y el frío lo tapaban con su propia piel o con pieles de animales.
Cada día que pasaba éramos más cultos en teoría, pero íbamos perdiendo nuestra propia identidad y nos iban encerrando en reducciones semiabiertas y ellos se iban apropiando de más tierras y los habitantes de América sólo tenían su orgullo y cuando nos revelábamos contra las autoridades nos ponían en un cepo o nos hacían lo que hicieron a Manco Capac o a Caupolican, total un hombre que no es igual a ellos, no es un hombre, no sufre, no llora, no extraña a su familia, ni tiene derecho a la libertad, pero ellos sí tienen familia, tienen frío y tienen derechos y así paso a paso nos estamos muriendo de tristeza y yo me pregunto si Juan de Garay estará contento de fundar Buenos Aires o si Juan Torres de Vera y Aragon estará orgulloso de haber fundado Corrientes, porque en Buenos Aires ya no hay indígenas, en Corrientes tampoco, en la Patagonia algunos, en el Chaco algunos y en casi todo el mundo pocos y ya casi no existe su orgullo ni sus dioses paganos.
Y también me pregunto si Dios estará orgulloso de haber creado al hombre, y me contestó que no, que no está orgulloso y que está arrepentido de su divina creación y por eso nos está castigando de diversas formas, que por ahora no vemos, pero ya las estamos avistando con la droga, con los motochorros, con los punguistas de colectivo y con las enfermedades mutantes que cada vez son más difíciles de combatir y que pronto serán pandemias y no quedará nada, y entonces ¿qué pasará con la raza humana? ¿quiénes sobrevivirán?, seguramente los más fuertes, seguramente los mismos que hoy están encerrados en reservas o perdidos en el Matto Groso, los nativos de Nueva Zelanda o los Bosquimanos de Australia, porque Dios es justo y nosotros lamentablemente somos simplemente los descendientes de aquellos españoles, italianos, holandeses, portugueses que se llamaban "conquistadores" y hoy en España somos los "sudacas"... y así fue que de conquistadores pasamos a ser los conquistados...

Alberto Raso -El día de la raza-

Dedicado a nuestros abuelos y bisabuelos, que creyeron en el sueño americano y trabajaron de sol a sol en busca de una quimera e hicieron un país de primera y que no pudimos conservar.

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