jueves, 15 de octubre de 2009

Capítulo Final: Todo tiempo pasado fue mejor

Con todo el dolor que produce el final de algo, tengo que dar por terminado mi humilde libro donde cuento las aventuras y desventuras de todos mis amigos del secundario, pero sé que me olvidé de algunos y por ello tengo la obligación de hacer una segunda parte que espero salga mejor que la primera a pesar de que alguien dijo que “nunca segundas partes fueron buenas”.
Este libro termina justamente el día del cumpleaños de Raúl y Teresita Callaba y con la fábula de los diablitos y el diablote.
A partir de ahora todos los “jóvenes” que ya hemos cumplido sesenta y cortos y largos años y que a partir de ahora empezamos la cuenta regresiva y por ello es que propongo que nuestra amistad sea cada vez más fuerte y que empecemos a contar los años al revés, es decir, que cuando cumplamos 61 años, nuestro almanaque nos marque 60 y luego 59 y así sucesivamente hasta llegar hasta nuestros gloriosos 13 años, edad en que cada uno de nosotros empezamos a soñar y a tener nuestros primeros amores que muchas veces terminaron en desencantos, salvo el caso puntual de Ciro y Susy que fueron los únicos que se casaron con su primer amor y que aún son felices y cada vez están más lindos, más sabios y rozagantes como dije al principio, en realidad no sé si todas las historias son reales, pero eso no tiene ninguna importancia porque todos somos astillas del “mismo palo” y eso nos hace más hermanos que los propios hermanos porque todos nosotros hemos elegido ser hermanos y amigos hasta la muerte y si es posible un poco más allá. También debo pedir perdón porque muchas veces fui el “mocito” de la película y quizá parezca egocéntrico, pero la verdad, es que cada cual es el “mocito” de su propia “película” y en este caso el que escribí fui yo y entonces puedo decir sin remordimientos que la humildad en este caso no cuenta y además todo lo que conté es real y si alguna vez mentí fue sin querer y creo firmemente que nunca lo hice, pero por supuesto tuve que variar algunas historias por razones que ustedes sabrán entender, ya que muchos no estamos con las mismas mujeres y no quiero comprometer a nadie. De cualquiera manera quiero que sepan que la segunda parte será más peligrosa porque al entrar en la cuenta regresiva llegaremos a los trece años y allí ya no podré disimular nada, ni ocultar verdades, porque a los trece años todos sabemos que cualquiera de nuestros primeros amores, creemos que será el último y el eterno y aún no sabremos que el destino y el gran amor puede estar a la vuelta de la esquina.
Yo no sé si mañana estaré vivo porque como dice Cacho Basualdo “Al que le toca le toca”, pero si hay una segunda parte de este libro se llamará de igual manera y si yo no lo puedo continuar porque viajé a mis cincuenta estrellas, otro de ustedes podrá hacerlo o sino los encargados serán mi mujer o mis hijos.
Quiero aclarar que mi libro parece un poco “surrealista” porque he mezclado personajes vivos y otros que ya no están, pero cuando hablo de historia lo hago con la seriedad que corresponde al caso, porque para hacerlo me basé en personajes y documentos históricos que obran en mi poder, o en poder de amigos que no viene al caso nombrar, por razones de seguridad o por cualquier otra.
También les quiero contar que mi libro no termina en Curuzú, porque tengo amigos en todos lados, especialmente en Corrientes, que es el lugar donde pasé la mayor parte de mi vida.
Este libro se lo dedico a todos mis amigos de Curuzú, Corrientes y otras localidades por donde hice infinidad de conocidos y gente sana y querible y a todos aquellos que de una u otra manera hicieron que mi existencia sea más placentera y en especial a mi mujer y mis hijos que aguantaron todas mis locuras estoicamente y siempre creyeron en mí.
Nos vemos en la próxima historia o en mis “cincuenta” estrellas.

PD: Este libro es para ustedes, pueden leerlo o archivarlo pero por favor ¡no lo tiren!

- Alberto Mario Raso -

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