lunes, 7 de diciembre de 2009

¿Usted cree que el perro no habla?

Si usted cree que el perro no habla, está profundamente equivocado y no conoce a mi perro Jack, el perro de la plaza y quiero explicarle el por qué de mi perro.
Jack, llegó a mi vida en uno de los momentos más graves de mi vida y me salvó la vida en innumerables ocasiones, me lo regaló un amigo veterinario y vecino cuando yo estaba con una pulmonía tan aguda que podía caminar y con un diagnóstico equivocado de cáncer de pulmón. Nada ni nadie que no haya pasado esto puede saberlo, pero Jack de alguna manera lo entendió. No podía caminar dos pasos sin caerme, el oxígeno de mis pulmones era casi nulo y para poder recuperar algo de ello tenía que caminar aunque sea unos metros por la plaza Libertad. Cuando llegaba a la plaza Jack me ladraba furiosamente y me empujaba hasta que lo agarraba de su corta correa y me llevaba caminando con su fuerza descomunal obligándome a caminar.. Esto duró una semana hasta que más o menos me recuperé, pero el diagnóstico era terrible, la mala palabra seguía dentro de mí y de mis dos únicos familiares que sabían mi diagnóstico (mi mujer y mi hijo mayor). El lunes a las siete de la mañana se me hacía una punción que producía neumotórax, para sacarme el líquido de los pulmones y el médico pide a mi mujer que busque radiografías anteriores, mi mujer busca todas las radiografías de todo lo que me hicieron anteriormente desde mi primer angiografía hasta mi operación del corazón y las llevé, mi hermano postizo Diego también intercede y le pide al doctor Aguirre Lanari que vea él personalmente las imágenes mientras mi mujer y yo lloramos por dentro y Juan Manuel espera angustiado; extrañamente Jack se comporta tranquilo como si nada pasara y sigue hincha como siempre, corriendo por su plaza.
El doctor compara todas las radiografías hasta que encuentra la posterior a mi operación del corazón (4 by pass) y la mancha es exactamente igual a la que se ve en esa imagen y sonríe y nos dice; esto no es nada, es la cicatriz de la operación. Todos nos abrazamos y volvemos al negocio y se lo comunicamos a todos nuestros hijos y saltamos de alegría y por supuesto el doctor Sussini (mi médico) quedó con un arrepentimiento total.
Ese día Jack no me dio ni cinco de artículo y me dio la impresión que me decía: “No ves pavote que yo te dije que no pasaba nada!”
2) Jack, el recuperador de celulares
Todos los domingos Jack y yo vamos a Resistencia a tomar un café con medialunas a la confitería Zan-En y en uno de esos viajes nos encontramos con Miguel Aranda y Julio Gotlib. Nos sentamos y pedimos lo habitual, tres cafés y cinco medialunas, de las cuales tres son para Jack. En un determinado momento pasaron tres chicos a los que Jack siguió con la vista; atrás nuestro estaba durmiendo un importante político chaqueño llamado Saporsky, del cual yo pensaba que estaba borracho, cosa que no era así porque el hombre sufre de apnea (enfermedad que te hace dormir)
Cuando Jack me tocó con su pata supe que algo estaba pasando y miré a la mesa del “durmiente” y vi que los chicos le robaron el celular, los cigarrillos, el encendedor y hasta la propina del mozo, los chicos cruzaron rápidamente hacia la plaza y Jack los comenzó a correr y yo atrás de Jack; lo que yo no vi fue que los chicos arrojaron el celular atrás de uno de los tantos árboles de la gran plaza de Resistencia que tiene cuatro manzanas, Jack los siguió corriendo hasta que arrojaron los cigarrillos y el encendedor y luego llegué yo caminando y alcé los cigarrillos y el encendedor pero no encontré el celular, nos vinimos caminando lentamente hasta que Jack se paró abruptamente en el árbol y me empezó a ladrar hasta que me hizo mirar el árbol y vi el celular, nos cruzamos y todos los habitués al café aplaudían rabiosamente a Jack. Puse el celular, el cigarrillo y el encendedor y Saporsky seguía durmiendo, cuando sus amigos lo despertaron y le explicaron lo que había pasado, el “durmiente” se fue hacia adentro de la confitería y salió nuevamente y dijo gracias, la gente seguía hablando de Jack y Saporsky se fue sin decir nada. Cuando llegó la consumición el mozo nos dijo: “Está todo pago y trajo una docena de medialunas para Jack y otra para nosotros, todos agradecidos y Jack más que nadie. Al otro día Jack y su hazaña salieron en el diario y otra vez me demostró que es más inteligente que yo.
3) Jack piquetero
Ya van a cumplir diez años de que se realizó el piquete más sangriento y duro que conoció la provincia de Corrientes. El movimiento pirquetero cortó el puente Corrientes-Resistencia, estaba formado por niños, doctores, gente sin trabajo y gente que andaba juntando cartones para poder subsistir y madres y niños desesperados por muchas razones imposibles de contar. La única forma que encontraron para que alguien los escuche fue tomar ese puente, en ese suceso también participaron perros como Jack (Snauzer gigante) y los ocupó gendarmería para reprimir a la gente, pero de esto no voy a hablar hoy porque todavía no es el momento de hacerlo, hoy voy a hablar de un piquete más alegre, de un piquete del que me siento orgulloso porque ese día singular, entre los dos, hicimos un piquete y como esto solo nos incumbe a nosotros voy a contarlo a mi manera.
Fue un día jueves, hay neblina, afuera llueve
mi compañero de viaje va atrás, por protegerme
no se ve, está oscuro, y sin embargo, no está oscuro
pero realmente se presiente.
Mi compañero siente frío y no lo siente
su capa negra lo protege, y eso que el frío está presente.
Los dos estamos decididos y sin embargo no estamos
preparados para un momento de ataque traicionero
ya estamos en la mitad del puente y la tragedia ya
está por venir, yo no lo siento, él sí lo presiente
y se prepara para lo que venga, porque de
frente viene un camión brasilero y de atrás
otro, que es más traicionero. De pronto se
escucha el sonido de un cañón y mi auto
tan querido queda herido, mi compañero
se revuelca en el instante y aún no sabe qué
pasó, pero sabe que realmente es importante.
Mi auto tan amado quedó atravesado en el
puente, simplemente, porque el capot de mi
auto atravesado, simplemente el capot se ha levantado.
Y el puente entre los dos, hemos cortado........
Mi fiel perro como siempre, cae parado
y así pasó este cuento, que he contado,
cuando solos, entre los dos, el puente hemos piqueteado........
Alberto Raso - Tatín -

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