viernes, 11 de septiembre de 2009

Recordatorio curuzucuateño

Hubo una época en que la ciudad de Curuzú Cuatiá tenía honor y era capaz de hacer un juicio a la provincia, eran los años en que nuestro querido pueblo era pujante y que el honor se defendía a capa y espada y el pueblo entero apoyaba a los maestros y directores de escuela porque sabían que solamente un pueblo instruido tenía la posibilidad de subsistir en cualquier momento de la historia. Hoy ese honor ya no existe y cualquiera se arrodilla ante los señorones de Corrientes, los políticos de turno o cualquiera que pueda tener más influencia política que un simple grupo de maestros o el propio vecindario de una ciudad que aún prefiere llamarse pueblo.
En 1923, el presidente interino del Honorable Consejo de Educación decide cerrar la escuela Normal “Belgrano” y acusa a sus maestros de ineptos, parásitos y sin ningún provecho y beneficio para el interés general y además dice que esto es gravoso para el erario público; y pretender reabrir el colegio en sus cursos normales sería como revivir un cadáver. Estas palabras fueron las que usó el presidente interino del Honorable Consejo de Educación, Sr. José A. Contte, contra los educadores de Curuzú Cuatiá, quienes reaccionaron en forma rápida y espontánea ante tamaña ofensa realizada por este Sr. (no tan Señor) y realiza el siguiente manifiesto del pueblo de Curuzú Cuatiá con motivo de la cuestión escolar, que en líneas generales habla de lo siguiente: 1) No da mayor importancia al voto del Sr. Contte; 2) Define los legítimos derechos de la escuela y acusa de malevolente el voto del Sr. Contte; 3) firman el manifiesto en nombre del pueblo de Curuzú Cuatiá los Sres. Pastor Pintos, Dr. Santiago Folitel y el Sr. José A. Borda, todos vecinos notables de nuestra ciudad. El pueblo demuestra con hechos que el “agua no se masca” y que Corrientes es nada más que una de las tantas ciudades de la provincia y acusa al Sr. Contte iniciándole una querella criminal y pidiendo su destitución y el Honorable Consejo de Educación “induce”, a este Sr. no tan honorable a que renuncie, cosa que el Sr. Contte acepta inmediatamente. El Consejo de Educación contesta al pueblo de Curuzú que Contte no tiene personería para opinar sobre estas cuestiones, porque ya no es más funcionario público y decide restituir a todo el personal de la Escuela Normal pidiendo las disculpas del caso, sin embargo el pueblo no olvida y continúa el juicio entablado por el diario “Cultura” contra Contte y el diario “El Sud” donde se publicó la querella contra las autoridades del colegio.
La solicitud de querella criminal contra Contte está firmada por más de trescientas personas del pueblo entre los que se puede citar a modo de ejemplo a algunos de los más conocidos vecinos, por ejemplo: Heraclio Borderes, Nicanor Cáceres, Astrolabio Godoy, Germán Pintos Estigarribia, Pedro Escurra, José Iturriaga, Francisco Lidueña, Ladislao Duarte Ruda, Alberto Roffé, Aníbal Riolfi, M. Romero Ayala y otros tantos de igual valía.
Una vez más se demuestra que cuando el pueblo está unido no puede ser vencido y en esta oportunidad, fue el pueblo el soberano, porque así debe ser y que la intervención del Sr. Maximino Carbó fue crucial para que todo se resuelva a favor del pueblo, pero no debemos olvidar que nuestra historia no siempre fue así, porque ahora las cosas ya no son como eran entonces, ahora el honor no existe y cualquiera es candidato a cualquier puesto, aunque no tenga idoneidad para ello, ahora cualquiera pone algo del vil metal y puede obtener un puestito por unos días, cuya jubilación va a ser una jubilación de privilegio. Hoy existe un raro “cambalache” en los partidos políticos y las próximas elecciones serán iguales a las anteriores, gane quien gane, el perdedor es el pueblo y los pobres maestros no tienen sueldos dignos y tienen que rebuscarse como puedan, haciendo trabajos extra para subsistir y como siempre digo, tienen un sueldo que sólo les alcanza... para enseñar.

Alberto Raso – Tinta Nachi –

Nota del Autor:
Acordémosnos siempre de esta “pueblada” de Curuzú Cuatiá y sigamos su ejemplo, porque sólo así seremos libres, dedico esta nota al maestro Ambrosio, primer maestro Jesuita que se radicó en la provincia de Corrientes y lo hizo en un lugar muy alejado para esa época. Actualmente se llama: “Rincón de Ambrosio”

1 comentarios:

Claudio dijo...

Hola Alberto, leí tu artículo "Recordatorio..." me gustaría hacerte una pregunta. ¿A qué dirección puedo escribirte? La mía es cmroffe@gmail.com
Un saludo,
Claudio Roffé

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