miércoles, 1 de julio de 2009

POBRES–RICOS NUEVOS - DRAGÓN SIN CORAZÓN

Dicen las estadísticas que todos los días se venden más de cien propiedades, es decir que todos los días hay más de cien pobres-ricos nuevos, pero mirando desde otro lado y las estadísticas “dicen que no mienten”, hay más de quinientas familias de clase media que se transforman en pobres-pobres, algunas porque son jubilados, otras porque las despiden de su trabajo y las reemplazan por modernas maquinitas que mañana ya son viejas, y otras porque siempre fueron pobres y tienen que vivir hacinados en ranchos y tienen que comer lo que encuentran en la basura, porque lo que les sobra, que es el papel y el plástico, todavía sirve para vender, y lo que ganan les alcanza para luz, si la tienen, y para mantener a sus gurisitos. Para mí esos son los pobres-pobres.

Ahora voy a seguir con los pobres-ricos nuevos. Los pobres-ricos nuevos son los que después de ochenta años de vivir en una vieja casa que tiene más de 12 metros de frente, después de criar en ella a sus hijos pobres o de clase media, tienen la oportunidad de venderla a buena plata, digamos 150.000 dólares; plata que al viejo de ochenta o más años le alcanza para comprar una casa regular a cada uno de sus hijos y una para Él, en el ocaso de su vida. Mientras todo esto ocurre el hombre rico-rico, se transforma en una empresa constructora que tiene armado todo el “circo” y se transforma generalmente en una S.R.L. o en una S.A. para que nadie sepa quien es el “Dragón” que compró esa propiedad, la misma propiedad que el nuevo rico-pobre vendió en 150.000 U$A. En dos meses la misma propiedad s transformó en un poderoso edificio de 10 o más pisos, con todas las comodidades de hoy, que por supuesto duran no más de diez años, porque las paredes son de papel y los baños tienen las cañerías de plástico, las canillas no son de bronce, los inodoros y piletas son de loza quebradiza (no apta para gordos), los placares que parecen de madera, son “enchapados en madera” y en realidad son de aserrín prensado u otro dudoso material, que cuando empiezan las lluvias y la humedad se empiezan a hinchar y ya no se pueden reparar, las arañas de ese departamento son de hierro con una capa de un dudoso bronce o niqueladas.

Mientras tanto el nuevo rico-pobre, deposita sus 150.000 dólares en un banco por “razones de seguridad” y ese banco XX que les ofrece sus servicios al nuevo rico-pobre, les guarda la plata mientras que les ofrece un “paquete” de medidas acorde con su nueva condición de rico, es decir un “paquete” que consiste generalmente en una cuenta corriente, 2 tarjetas de crédito y dos cajas de ahorro que “angaú” no tienen costo alguno. Cuando al fin el nuevo rico-pobre se decide a comprar una hermosa propiedad, se dirige a una inmobiliaria que generalmente es parte del “circo” y les ofrece distintas opciones, entre ellas la misma propiedad que el nuevo rico-pobre vendió por 150.000 dólares al “Dragón” transformado ahora en más rico-rico, como ese Sr. nuevo rico-pobre añora el lugar y la vieja casona en la que crió a sus hijos, se decide a comprar un departamento para cada uno de sus hijos, en el mismo lugar que vendió y se dirige a la inmobiliaria que maneja el “circo” de la S.A. y pregunta cuánto cuesta un departamento allí, el Sr. “inmobiliario” le contesta: 150.000 dólares, con una hermosa sonrisa, el Sr. nuevo rico-pobre le contesta al Sr. inmobiliario: ¿Pero cómo puede ser, si yo vendí esa casa en 150.000 dólares?. El Sr. inmobiliario le contesta con su sonrisa de “Dragón”: Sr., Usted está eligiendo comprar un departamento en “Los altos de XX” uno de los mejores lugares de Corrientes.

Por eso cuando veo un cartel que dice “Se vende”, sé que hay un nuevo pobre-pobre en la ciudad y un rico-rico que engordó más y más su panza de rico-rico.

Por todo lo expuesto, les aconsejo que no vendan nada, aguanten su pobreza con dignidad y sigan viviendo en su vieja casona donde criaron a sus hijos, tapen los agujeros de sus techos y arreglen el barro y los gruesos ladrillos de sus paredes de 30 cm, porque de esa manera serán verdaderamente ricos y lo que es mejor aún, serán libres y el “Dragón” quedará envidioso y se tendrá que tragar, su corazón de “Dragón”.

Alberto Raso – Tinta nachi

Nota del autor: todo lo que dije es verdad, porque a mí me pasó, pero tuve la suerte de poder comprar una casa grande para uno de mis hijos y un galpón para mi hija, y si bien todavía tengo una deuda pendiente con uno de mis hijos, creo que todavía estoy a tiempo de pagarla, siempre y cuando tenga las fuerzas morales necesarias para mantener la entereza que me enseñaron mis viejos. Y acuérdense del “Martín Fierro” cuando dice: “Mantenete en el rincón, donde empezó tu existencia”.

Nota del autor II: este escrito se lo dedico a mi mujer a mi hija que día a día, gastan sus exiguos ahorros en su casa propia, y a Alberto y a Juan Manuel, que tienen claro el objetivo a lograr.

Alberto Raso

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