Una tarde en el parque con mis niños

Temprano a la mañana se preparan,
están ansiosos de salir y muy curiosos de saber adonde van
o adonde vamos, porque a algún lugar hemos de ir.
Es domingo, es día de salir, mi mujer desde el
sábado está preparando la canasta, y poniendo
cariñosa los enseres, Juan Manuel se acerca muy
curioso y yo digo: ¿Qué mirás, no ves que son placeres?
Alberto también se acerca a la canasta y no la
alcanza, sarita le explica todo lo que hay para
comer y Él lo entiende y eso basta y pregunta
nuevamente: ¿Y si llueve, mami? que pasa,
simplemente digo yo en el momento: jugaremos
escondidas en la casa, y comeremos docenas de
pasteles!
Virginia se levanta de su cuna y viene gateando
de costado, Sari corre veloz como saeta y la
levanta suavemente en su regazo y acaricia
lentamente su pelito, yo ni me di cuenta de lo que
ha pasado en el momento y que pudiera haberlo
lamentado, simplemente la levanto suavemente
y acaricio su rulosa cabecita y espero el regaño
de sarita, pero el regaño nunca llega,
porque hoy es domingo y a algún lado hemos de ir,
al parque, o a la costanera, o sino en casa quedaremos
y jugaremos escondidas, aunque llueva...

Alberto Raso - tinta nachi